
Una madre decidió adoptar a un bebé con hidrocefalia que había sido abandonado en un hospital de Belo Horizonte, Brasil, y su vida cambió para siempre.
La historia comenzó el 18 de enero de 2019, cuando la mujer llamada Dabiene Sousa, trabajaba en la Santa Casa BH. Ese día, un médico le pidió que buscara a un niño para colocarle una válvula en la cabeza.
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Al llegar a la pediatría, preguntó por la madre del bebé y recibió una respuesta que le cambió la vida: “Está destituido”, una palabra que hasta ese momento desconocía. Le explicaron que se trataba de un niño abandonado, con padres que lo habían rechazado.
La curiosidad la llevó a verlo. Cuando lo miró, sintió que algo había cambiado en su interior. Lo tomó en brazos, a pesar de que no estaba permitido, y le prometió que nunca más estaría solo.
El recién nacido, llamado inicialmente João Pedro, fue sometido a una cirugía, pero no lograron colocarle la válvula por falta de espacio en su cabeza. Su estado de salud era delicado y fue trasladado a la unidad de cuidados intensivos.
Sousa decidió acompañarlo como si fuera su madre. El médico le advirtió que el niño podía morir, pero ella insistió en quedarse a su lado. Luego de varios días y trámites con el hospital y el sistema de adopciones, logró obtener la custodia del pequeño, que rebautizó como João Emanuel.

El bebé se convirtió en el hermano de dos niñas, Kayllane y Kamilla, quienes se adaptaron con amor a la llegada de un nuevo integrante. La madre adoptiva contó que su esposo aceptó de inmediato la idea de tener un hijo varón, incluso con una condición médica compleja.
El niño pasó cinco años rodeado de amor. Su madre le brindó experiencias como ir a la playa, ver parapentes volar y disfrutar de la vida. Aunque requería cuidados especiales, su familia le dio la oportunidad de ser feliz.
Sin embargo, el 7 de octubre de 2024, João sufrió una crisis de convulsión y una parada cardiorrespiratoria tras un cambio de medicación.

Murió en casa, acompañado de su hermana, mientras su madre estaba en camino. La madre biológica de João se acercó dos meses después para pedir perdón por haberlo abandonado. La madre adoptiva le respondió que su hijo nunca sintió la falta de otra persona, porque él siempre tuvo una familia completa.
La mujer afirmó que no se arrepiente de nada y que volvería a tomar la misma decisión. “Viví los cinco mejores años de mi vida“, agregó la mujer.
También expresó su deseo de tener una casa para acoger temporalmente a niños con condiciones de salud especiales.
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*La creación de este contenido contó con la asistencia de inteligencia artificial. La fuente de esta información es de un medio del Grupo de Diarios América (GDA) y revisada por un editor para asegurar su precisión. El contenido no se generó automáticamente.